Uno de los rasgos distintivos de la humanidad es el cuidado que se presta a la hora de deshacerse de los muertos; sin embargo, la forma que adopta varía significativamente de una cultura a otra, y las creencias religiosas desempeñan un papel importante a la hora de determinar las prácticas de enterramiento aceptables. El entierro en cementerios ha sido la práctica aceptada por la mayoría de los sudafricanos, aunque muchos han preferido la cremación. En consecuencia, la provisión de cementerios y crematorios es una función esencial dentro de los asentamientos urbanos. Tradicionalmente, los cementerios han estado situados en los bordes de los asentamientos humanos y, a medida que las zonas urbanas se extienden hacia el exterior, se vuelven menos accesibles al aumentar la distancia de desplazamiento. Según un informe elaborado para la Asociación Sudafricana de Gobiernos Locales, los cementerios más antiguos, ahora inmersos en las zonas urbanas, se han llenado antes de lo previsto debido tanto al aumento de la población urbana como al efecto de la epidemia de VIH/SIDA. El suelo accesible en las zonas urbanas es demandado con fines productivos y de vivienda, mientras que espacios como los cementerios no pueden competir en términos económicos. Por lo tanto, uno de los retos de la planificación de cementerios es maximizar el terreno disponible, lo que puede implicar prácticas de enterramiento alternativas.
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