La religión impacta en distintas esferas de la vida social, entre ellas, las relaciones de género que a diario se van tejiendo y que incluyen espacios, roles, estatus, jerarquías, formas de entender y representar el mundo. En este sentido conviene preguntar ¿cuál es la forma de participación de hombres y mujeres en un espacio tan normativo como es la religión? Si partimos del postulado clásico de que el género implica diferencias sociales que muchas veces son traducidas como desigualdades que afectan sobre todo a las mujeres, cómo intervienen entonces algunas de las religiones cristianas en las relaciones genéricas. Aquí se aborda el proceso de la construcción de la identidad femenina que se relaciona con las prescripciones religiosas sobre el ser mujer a partir del proceso que el autor ha denominado como la Institucionalización Religiosa del Género que no es otra cosa que la estructuración normativa sobre el comportamiento, los papeles, espacios e identidades que se relacionan con ser mujer con determinada adscripción religiosa que va más allá de lo específicamente religioso.