Desde tiempos inmemoriales los seres humanos nos preocupamos por el futuro en general poniendo foco en los infortunios que puede depararnos el porvenir. Hasta hace un par de centurias solo los dioses nos permitían generar un poco de certidumbre ante las fuerzas de la naturaleza que no comprendíamos, pero ahora la ciencia puede aportar sugerencias. En este libro, se ponen sobre la mesa aspectos como la aspiración humana de estudiar los futuros, se reivindica la importancia de un enfoque de sistemas, se plantean los desafíos de construir escenarios y se resalta la necesidad de contar con un enfoque éticamente comprometido en la realización de estudios prospectivos. La propuesta sostiene que podemos construir un futuro mejor en las organizaciones, rescatando una visión más optimista de nuestras posibilidades como agentes de cambio. Así estaremos en mejores condiciones para innovar en la sociedad en que convivimos. Como estudiosos del futuro tenemos que tener presente críticamente loque puede ofrecer de bueno la prospectiva y también las limitaciones que tiene.