Un resto de ironía subsiste a la interpelación por la posición del sujeto irónico, pues la ironía nombra una subjetividad que sistemáticamente falla en la determinación de su posicionamiento. De ahí que lo propio de la ironía sea eludir la decisión resguardándose en lo meramente posible. Friedrich Schlegel es, sin dudas, quien ha llevado a la ironía hasta sus últimas consecuencias. De este modo, resulta una vía ineludible para la comprensión y delimitación de la estructura del yo irónico. Pero de igual modo lo es, la vía negativa, una tradición crítica respecto de las consecuencias de la ironía que se inicia tempranamente con Hegel y que pasando por Kierkegaard, culmina en Carl Schmitt. Dar cuenta de este itinerario es la tarea y el propósito de este libro.