La importancia de los ecosistemas costeros radica en ser considerados uno de los sistemas más productivos del planeta en términos de productividad primaria y alto contenido de nutrientes, comparativamente con otros ambientes terrestres, como las selvas tropicales y cultivos agrícolas. Uno de los principales componentes de estos ecosistemas son los bosques de manglar, cuyas funciones ecológicas se encuentra la de ser convertidores de nutrientes a partir de materia orgánica, los cuales representan una fuente indispensable para el mantenimiento de la productividad de las pesquerías costeras. Asimismo, los manglares funcionan como trampas de contaminantes de diversas clases, como son los desechos orgánicos municipales, residuos industriales, desechos agrícolas y sustancias químicas de actividades agropecuarias. Por esta razón, los ecosistemas costeros juegan un papel primordial en el mantenimiento de los ciclos ecológicos esenciales de la calidad de las aguas costeras, y su elevada productividad mantiene una rica y compleja cadena alimenticia, que, a su vez, caracteriza la elevada producción pesquera en sistemas lagunares del país.