El estado entendido como el conjunto de instituciones que el pueblo se dio para que le defendiera, ha terminado volviéndose en su contra. El crimen se ha convertido en la forma de gobierno normal en nuestros días. Pero este hecho no se ve en nuestras relaciones sociales como tal, porque ha sido revestido de legalidad. En eso consiste su misterio, en que las relaciones sociales de injusticia son vistas a través del espejo de la legalidad. Frente al sistema jurídico vigente las víctimas aparecen como culpables y los culpables como inocentes. El crimen parece perfecto, pero no lo es. Y no lo es porque estamos empezando a dudar de las bondades del sistema jurídico vigente. Éstas son las sospechas, y si prefieren, las hipótesis que estamos trabajando desde el Perú. Un lugar ubicado en el patio trasero del imperio. Más concretamente, nuestro pensar tiene como lugar de enunciación las víctimas del sistema jurídico peruano. De manera que, es a la luz de estas sospechas que el libro debe ser juzgado