La evaluación de las pruebas empíricas y las proposiciones sobre las máquinas pensantes ha proporcionado el marco tecnológico y filosófico para el avance de la inteligencia artificial desde la década de 1950. Alan Turing había previsto que las máquinas podrían pensar como los humanos, y esta visión recibió más credibilidad con la idea de Lotfi Zadeh de la teoría de conjuntos difusos en 1965, cuyo objetivo era la construcción de máquinas más inteligentes. Realmente ha habido mucha confusión en los diversos intentos de aclarar el concepto de lógica difusa. Sin embargo, este ensayo proporciona una validación empírica a la afirmación de que la lógica difusa no es difusa. La lógica difusa supone un alejamiento radical de los sistemas lógicos aristotélicos tradicionales. Fundamentalmente, la lógica difusa es una lógica precisa de la imprecisión y la imperfección. Como dice Zadeh, a diferencia de los sistemas lógicos tradicionales, la lógica difusa pretende ofrecer un modelo para los modos de razonamiento que son aproximados y no exactos. En esta perspectiva, la importancia de la lógica difusa se deriva del hecho de que casi todos los razonamientos humanos -y especialmente los de sentido común- son de naturaleza aproximada. Estos hechos estimulan nuestro interés por emprender esta investigación filosófica en la Lógica Difusa.
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