La Masonería es un fenómeno desconocido y lleno de mitos, que ha sido definido por la Real Academia Española como una "asociación universalmente extendida, originariamente secreta, cuyos miembros forman una hermandad iniciática y jerarquizada, organizada en logias, de ideología racionalista y carácter filantrópico"2. Es decir, se trata, no de una religión, sino de una organización fraternal, laica y abierta con una identidad bien constituida y unos rasgos propios, aunque no por ello completamente uniforme. Es, para algunos, un sistema moral que se rige por los postulados de la libertad de conciencia, las buenas costumbres, la fraternidad y la igualdad. Esta organización cuenta con una estructura elaborada y con unos símbolos y rituales privados determinados que facilitan su funcionamiento. En ella existen unidades básicas llamadas "logias", que se constituyen en torno a intereses comunes y que tienen por objetivo conceder los "Grados del Oficio" de la Masonería3, y organismos oficiales que las rigen, conocidos como "Gran Logia". Al pertenecer a aquellas, los miembros asumen un compromiso profundo con la familia, la patria y la humanidad, que se sustenta en tres principios morales.