El Cielo comenzó a nublarse y las nubes fueron cogiendo un tono grisáceo claro. La brisa del viento frío le rozaba en su rostro, sus mejillas estaban levemente enrojecidas por el frío y se mezcló con la humedad de la lluvia que empezó a caer con gran fuerza. El agua de la lluvia le caía al hombre por su tonificado torso, los cuales fueron potencialmente atractivos bajo el agua que caía sobre esa zona de su cuerpo. El hombre desplazó su mirada desde el Trebòl hacia la Cascada cuál había a su derecha justamente después del estrecho del río y las grandes piedras que había en sus aguas dulces. Esa cascada tenía un abundante flujo de agua dulce que caía en lo más profundo del río. El hombre miró hacia arriba y vio un puente que había. Encima de ese puente había otra cascada más cuyo fluido de agua carecía de intensidad. El Darrig Lejano consiguió desprender de la Medalla Celta esa Moneda de Oro y no dudó en guardarla en su saco de arpillera. ¿Conseguirá el hombre recuperar la Moneda de Oro?