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La memoria de los elefantes, producto de la pasmosa creatividad de la joven escritora, actriz y productora Kisha Tikina Burgos, inaugura una nueva serie, Otra escena, que EEE dedica al teatro. Quizá es inimaginable comenzar de otro modo en vista de que La memoria de los elefantes, como indica Sylvia Bofill en su prólogo, es una reflexión sobre los límites del lenguaje verbal que tanto ha encumbrado Occidente, y sobre la relevancia de lenguajes no verbales -sonido, movimiento, ritmo-, materia prima del teatro desde sus ancestrales inicios. Asimismo, en la pieza de Burgos la función de…mehr

Produktbeschreibung
La memoria de los elefantes, producto de la pasmosa creatividad de la joven escritora, actriz y productora Kisha Tikina Burgos, inaugura una nueva serie, Otra escena, que EEE dedica al teatro. Quizá es inimaginable comenzar de otro modo en vista de que La memoria de los elefantes, como indica Sylvia Bofill en su prólogo, es una reflexión sobre los límites del lenguaje verbal que tanto ha encumbrado Occidente, y sobre la relevancia de lenguajes no verbales -sonido, movimiento, ritmo-, materia prima del teatro desde sus ancestrales inicios. Asimismo, en la pieza de Burgos la función de conciencia y memoria que el teatro ha cumplido en la historia de la humanidad se confirma de manera demoledoramente clara en la medida en que nos enfrenta a la desmemoria y ahistoricidad individual y colectiva que padecemos. La memoria de los elefantes, además, cuestiona y provoca en muchos otros registros: las relaciones de género imperantes, la tiranía de los linajes y las genealogías, la sumisión de pueblos enteros a clases y sistemas políticos perversos e incompetentes, el empobrecimiento de los sentidos, la precariedad de la comunicación humana. Si todo eso suena a Puerto Rico, aún hay más. Llevamos siglos jurando la supremacía de la especie humana y actuando en sintonía con ello. Los tan cacareados recursos naturales existen ante nosotrxs porque podemos manipularlos para nuestro beneficio, aunque tamaña explotación resulte en el paradójico caso que no haya ni recursos ni nosotrxs en un futuro próximo. A diario nos asaltan decenas de cadáveres de diversas especies en las calles de nuestro país. Son como los elefantes en el texto de Burgos, habitantes primeros del país sin nombre que fueron quemados por la colonización humana. Los elefantes regresan por sus tierras y por los restos de los suyos, y los humanos, quienes plantaron la bandera de la propiedad privada tanto como lo hicieron los conquistadores en las Américas, se sienten aterrorizados. Ese, como nos recuerda Eduardo Galeano, es el verdadero "juicio final." Nos pedirán explicaciones los picos, las patas, las ramas, las escamas, las plumas, las trompas... Los elefantes tienen memoria. Los elefantes se organizan de manera colectivista. Los elefantes comparten un lenguaje anti-logos que los vincula. Los elefantes consumen solo lo que estrictamente necesitan. Los elefantes retornan...