La mentoría, dentro de la formación inicial docente, se presenta como una oportunidad de crecimiento tanto para el profesor en formación como para el profesor de aula, su mentor, que lo acompaña en esta determinante transición identitaria y de socialización profesional. Sobre la base de la escucha activa, una comunicación empática y fluida junto a estrategias que se sustentan en el análisis y la reflexión profunda ambos van aprendiendo a convertirse y fortalecerse como profesionales autocríticos, reflexivos, propositivos capaces de mirar y analizar sus propias prácticas, siempre en un proceso de permanente mejora y crecimiento. De esta forma, la mentoría va más allá de un mero acompañamiento ya que se convierte en el desarrollo de una capacidad que debe ser inherente y característica de un buen profesional de la educación. De lo anterior se desprende la importancia de conocer más acerca de este proceso: sus partícipes, objetivos vinculados al desarrollo docente, énfasis, oportunidades y proyecciones.