El poder de la no violencia es el único medio a través del cual podemos resolver todas las formas de conflicto. Esta afirmación ha surgido de la observación pertinente de que la resolución de conflictos mediante los métodos de la violencia es una cuestión de opinión pública y de algunos científicos éticamente cuestionada en nuestra sociedad aparentemente en profunda crisis de valores. En nuestras relaciones, la violencia siempre llama a la violencia, mientras que la no violencia atrae a la no violencia. Más allá de la violencia que dificulta la convivencia pacífica y racional, la resolución pacífica de los conflictos mediante estrategias o políticas igualmente pacíficas es una respuesta a cualquier disputa. En cualquier caso, los conflictos son siempre inherentes a toda vida humana. Encauzarlos en la dirección correcta evitaría llevarlos a la violencia y facilitaría el entendimiento. La no violencia y la "justicia como equidad" encuentran su objeto de ser en la simbiosis a través de las relaciones del hombre consigo mismo y con los demás.
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