Aunque vivimos en países diversos, en todos está la presencia necesaria de la Educación, sin la cual no puede hablarse de progreso social. Pero esta Educación parte de la cuna, de la familia quien constituye el primer nivel de socialización del individuo y, por tanto, es donde se comienza a propiciar los valores en la formación de la personalidad, además de, inculcar las tradiciones patrias, costumbres y una educación formal, de manera que cuando llegue a la escuela ya el individuo contiene en su personalidad los primeros patrones que va a desarrollar posteriormente, con la ayuda de la escuela. La Familia y la escuela por tal razón tienen que laborar como una unidad no contradictoria, sino, sincronizada, donde lo que empieza la primera, la familia, se continúe luego por la escuela. Para que esto suceda como se reflexiona, tiene que existir un acuerdo y relación estrecha entre estos dos factores, que se completará con el entorno más inmediato que puede ser un barrio, una comunidad, como parte de lo macro que es la sociedad en general. Con el avance de la ciencia y la tecnología estas bases que se crean deben estar encaminadas a preparar al hombre y mujer para la vida.