Este es un libro con el que el autor repasa dos acentos. Es un libro donde imaginación y conocimiento se juntan para leer la intención del lector. Es decir, el lector le añadirá a esta escritura el parecer de dos maneras de decir: una postura en la que no se descarta la influencia del poeta Ramos Sucre por la inclinación ontológica de su hablante, y una revisión de los pasos de personajes cercanos o develados por la voz de un narrador cuyos puntos de vista se entreveran.Este es un libro en dos tonos. El lector podrá escoger a su gusto. Quien se incline por la poesía, se encontrará con unas líneas que se hacen versos en las imágenes. El yo poético se arraiga en la misma palabra y surge desde un registro de matices muy personales. El autor/ poeta le añade a su oficio parte de un diccionario que casi no se toma en cuenta, razón por la cual quien escribe no le teme ser parte del eco de algunas voces de poco registro. En cuanto a la narrativa, se trata de relatos breves en los que el autor no se aparta de la primera persona familiar. Alberto Hernández/Maracay