La evolución de la democracia liberal desde su etapa de protección hasta nuestros tiempos, tal y como la describe Macpherson, encuentra en su fase participativa nuevos retos de construcción de decisiones legítimas a partir de vacíos económicos, sociales y de conciencia que presentan las sociedades capitalistas. Las propuestas para solucionar estos impases de inclusión y articulación y mejora social no parecen haber funcionado tal y como se esperaba. Ya se trate de una concienciación de clase o de una ampliación en la cobertura participativa de los ciudadanos, como lo propusieron Marx y Mill, el dilema de la participación se ha mantenido. El análisis que se presenta a continuación explora, por su parte, uno de estos conceptos que constituyen, al tiempo que hacen compleja, a la democracia, a saber, el de la participación. El objetivo del trabajo es el de retomar, desde esta variable, los elementos, dimensiones y marcos que han sido otorgados a los espacios político y social dentro de la democracia liberal, para desde ahí explorar el dilema de la inclusión.