La valoración de las instituciones como elemento fundamental para conocer el proceso histórico me llevó a utilizar las actas de Cortes medievales como fuente de información principal para realizar un análisis sobre el clero y sus relaciones con la sociedad. Un primer problema fue la necesidad de reconstruir y verificar las propias Cortes, ya que los textos publicados sobre su actividad no representaban más que una parte del conjunto de las asambleas. Sin embargo, esta primera labor inventarial se consideró imprescindible para poder valorar con mayor precisión el grado de participación real de los eclesiásticos. Otras dificultades añadidas vinieron dadas por la amplitud cronológica (1188-1473) y geográfica abarcadas, la propia dispersión documental, la parquedad de noticias conservadas en los archivos eclesiásticos, o la necesidad de clarificar la propia terminología. Los resultados, sin embargo, han sido positivos, tanto por haber podido contabilizar el número de ocasiones en queconcurrieron obispos y religiosos, como por conocer la evolución de su participación y el tono en que se desarrollaron sus relaciones con los otros dos estamentos convocados.