Durante siglos, la cuestión de la responsabilidad penal de los Jefes de Estado (y de los Ministros) siempre ha estado en el centro de los debates más acalorados de la evolución del derecho constitucional y penal. La realidad es que cada Estado, en función de su tradición jurídica y de su régimen político, ha adoptado una legislación penal que tiende a veces a consagrar la irresponsabilidad penal del Jefe del Estado y del Primer Ministro, y a veces a establecer una responsabilidad penal demasiado protectora y obstruccionista.De hecho, cuando nos referimos al rico sistema jurídico congoleño desde la independencia hasta la actualidad, vemos que la República Democrática del Congo no ha suscrito el sistema de no responsabilidad penal del jefe de Estado y del primer ministro, sino el de su responsabilidad penal ante el Tribunal Constitucional. Esta última tiene ahora una jurisdicción penal que refleja un particularismo mixto hasta el punto de seguir siendo, hoy en día, un tema de debate del que este libro quiere hacerse eco.
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