El libro describe una verdadera curiosidad sistémica y constituye una teoría que explica la obligatoriedad de un modelo que, impuesto por la práctica social, resulta incompatible con el que prescribe la ley formal, mostrando la dicotomía dada en el sector público sindical argentino, en el cual mientras la ley formal concibió un sistema (de unidad promocionada) los usos y costumbres que se trasuntaron en el plano fáctico, impusieron un sistema emparentado al opuesto (de pluralidad sindical). En tal sentido el libro indaga acerca del fundamento sobre el cual se basa su exigibilidad y obligatoriedad, poniendo en crisis ciertos dogmas del derecho como considerar al órgano judicial solo en su estricta función de interpretar y aplicar normas jurídicas creadas por fuentes formales en el ámbito normativo.