Hay aquí una opción teórica a los esquemas normativos tanto liberales como posmarxistas, atrapados la mayor de las veces en el propio discurso totalitario que buscan combatir, es decir, en esquemas que niegan la radical diferencia de los seres humanos o que creen conjurar el conflicto mediante unos mínimos normativos de justicia o bienestar. La política es un espacio abierto, materialmente de nadie y potencialmente de todos, para encontrar bienes en común desde la diferencia y el conflicto propio de cualquier sociedad.