En la crisis política hondureña de 2009 se pone a prueba el intento de la administración del Presidente Barak Obama para responder a lo que consideraba un golpe de Estado. Se recurre a la política del no reconocimiento aprobada en la Organización de Estados Americanos en 2001 con la aplicación de la Carta Democrática Interamericana. A diferencia de la aplicación de esta política de manera unilateral, el Departamento de Estado siguió el enfoque multilateral del Sistema Interamericano para intentar afirmar lo que a lo largo de siglo XX se identificó como la idea del Hemisferio Occidental. Sin embargo, desde el inicio el proceso diplomático enfrenta el desafío del Socialismo del Siglo XXI, liderado por Venezuela, que se resiste al enfoque multilateral de principios de la Guerra Fría. Simultáneamente, la diplomacia dirigida por la Secretaria de Estado, Hilary Clinton, sigue con la iniciativa conocida como el Pacto San José - Tegucigalpa que intentaba el retorno del presidente depuesto Manuel Zelaya.