Eurico creía que, tras retener a Ariadna en su ciudad, muy pronto lograría que la humana se rindiese a sus encantos... ¡Qué equivocado había estado! Ariadna es una mujer herida a la que los vampiros le han arrebatado todo lo que quería, ¿cómo va a aceptar a un vampiro como Eurico? El Dux de Tapares será atractivo, amable y gentil, pero ella solo puede verlo como un asesino. >-¡Muchas gracias! -Palmeó feliz incapaz de contenerse. Al ver su reacción, la sonrisa de Eurico se amplió. -Ariadna... haré cualquier cosa para que estés contenta en Tapares. -Te lo agradezco. -Nunca había sido más sincera. -Pero si quieres salir del Palacio, lo harás conmigo. -Su rostro se ensombreció de repente. -¿No puedo salir sola o acompañada de algún guardia? -¿No se fiaba de ella? ¿Por qué su rostro se había puesto tan serio? -No. -Su gesto no dejaba lugar a dudas. -No entiendo... -Aquello no tenía ningún sentido. -Eres lo más valioso de Tapares para mí. -¿Por qué? -¿De qué estaba hablando? -Porque eres mi Vitadantis, mi compañera, mi tesoro. Esta es la historia de Ariadna y Eurico, de una mujer con un corazón roto y un vampiro empeñado en hacerlo revivir.
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