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La Constitución de 1996 ha reforzado y afianzado el gobierno local como una esfera de gobierno, junto con las esferas nacional y provincial, que son todas distintas pero interdependientes e interrelacionadas. Con el nuevo reconocimiento, los gobiernos locales tienen ahora el mandato de desarrollar las comunidades locales mediante la prestación de servicios que mejoren las condiciones sociales y económicas de la población. Este mandato de los gobiernos locales se plasma en el concepto de gobierno local desarrollista. El gobierno local desarrollista se ha definido como un gobierno local comprometido a trabajar con los ciudadanos y los grupos de la comunidad para encontrar formas sostenibles de satisfacer sus necesidades sociales, económicas y materiales y mejorar su calidad de vida. Este mandato tiene su origen en la Constitución, donde los gobiernos locales se han establecido con los objetivos de proporcionar un gobierno democrático y responsable a las comunidades locales y garantizar la prestación de servicios a las comunidades de forma sostenible. Estos son, entre otros, los objetivos del marco constitucional dentro del cual los gobiernos locales deben y han estado operando desde la Constitución de 1996.