La televisión es uno de los medios de comunicación, quizás más utilizados y atrayentes para la mayoría de la sociedad. Hoy ya dejó de ser un bien de lujo y se ha transformado en un elemento básico en todos los hogares. Los actuales bajos costos de adquisición que tienen estos aparatos les han permitido a las familias chilenas contar con varios televisores en un mismo hogar, junto con ello el aumento de madres trabajadoras y niños que permanecen mucho tiempo solos en sus casas, ha provocado la falta de orientación y regulación de lo que se ve. Los padres han pasado a delegar el trabajo de educar a los colegios; el Estado y las propias entidades del rubro parecen promover una pública preocupación por la correcta creación de espacios infantiles, pero aún así, sólo podemos hablar de producciones específicas segmentadas y distantes a la labor de educar que padres y familias creen encontrar en la televisión. El descuido, la falta de compromiso y de control, han provocado que los niños descubran en su inmadurez los misterios de la inocencia.-