Esta investigación se realizó en centros de dos Estados de México. El tema genera reacciones controvertidas: el desconocimiento, los miedos y los prejuicios, rigen sentires y opiniones. El objetivo de la sanción como única opción de mantener el orden y la seguridad impide ver alternativas desagraviantes de daños históricos en las vidas de estos sujetos, que en su mayoría han sido objetos de vulneraciones diversas. Historias de sufrimientos, desprotección y violencia colman las cárceles de menores de nuestra región. El imaginario impide la posibilidad de notar al sujeto que está detrás de cada infracción. La intención fue desentrañar sentidos y significados del encierro a los jóvenes que cometieron una infracción, con la expectativa de encontrar territorios de aprendizajes significativos, ámbitos de reflexión posibilitadores de construcción de proyectos de vida. Se analizaron los constructos que subyacen en el tratamiento desde la mirada de los responsables de los centros. Los aprendizajes deberían ser el eje fundante que dé contenido al tiempo de reclusión, alrededor del que debería organizarse el tránsito por estos espacios para que adquiera sentido.