Nuestro planeta vive cambios sociales y climáticos acelerados y de magnitudes sin precedentes. En particular desde la Revolución Industrial del siglo XVIII. Entre ellos, la agricultura y su industrialización significó que el trabajo de la tierra dejó de ser una actividad agroalimentaria benéfica e inocua y se tornó agresiva y erosiva. Hoy es parte importante de la degradación de la biodiversidad y de los cambios climáticos planetarios, contribuyendo en forma importante a incrementar los gases de efecto invernadero. La pequeña agricultura que no ha sido contaminada con las prácticas de aceleración de la productividad ni con el uso extremo de agroquímicos produce aun un 70% de la alimentación mundial y es un patrimonio vivo que no debe perderse. Entre ellos está la gente y el cultivo de la quinua, una planta de las culturas andinas. Este libro busca dar a conocer sus sorprendentes propiedades nutricionales y las formas en que este cultivo puede contribuir a ser un modelo para la salud de la tierra, de las plantas, de los campesinos y de los consumidores. Formando a su vez un sistema económico también más justo y más saludable para todos: un sistema agroalimentario más sostenible.