La Reforma Universitaria de Córdoba fue una respuesta a la Universidad Latino Americana anterior a 1918, que cargaba en su seno residuos monárquicos y monásticos típicos de la Edad Media, una Universidad al servicio fundamentalmente de quienes podían pagar las matriculas, provenientes de los grupos agropecuarios conservadores, con cátedras vitalicias, grandes ceremonias parecidas a las reales y episcopales. A esta Universidad atrasada, por la herencia venida de España se agregó después de la Independencia de los países el modelo napoleónico, que puso al servicio del Estado y solo para la docencia a estas instituciones, dejando sin importancia la investigación científica por lo que aumentó el atraso intelectual, y sin ofrecer servicios a las comunidades por su propio encerramiento. Contra esta situación insurgió la rebeldía estudiantil en la Universidad de Córdoba que se propagó a las restantes universidades argentinas y a universidades latinoamericanas, en donde las Federaciones de Estudiantes dedicaron gran parte de su empeño y esfuerzo a trasladar la reforma universitaria a la sociedad.