La representación social de la calificación en universitarios
La cotidianidad universitaria
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Cuando hablamos de educación puede ser que nuestra imaginación ubique los exámenes, la estructura curricular, las clases, la escuela, el ambiente laboral, la enseñanza y desde luego los alumnos, -algunos de los cuales- a veces no trabajan, muestran poco interés por aprender, así como apatía hacia las actividades grupales, en fin, dedicados a trabajar lo menos posible. Pero también se puede pensar en la entrega de trabajos finales, la tranquilidad para presentar los exámenes, tener que estudiar, deseos de aprender, las clases y por supuesto los profesores, de los cuales algunos no lleg...
Cuando hablamos de educación puede ser que nuestra imaginación ubique los exámenes, la estructura curricular, las clases, la escuela, el ambiente laboral, la enseñanza y desde luego los alumnos, -algunos de los cuales- a veces no trabajan, muestran poco interés por aprender, así como apatía hacia las actividades grupales, en fin, dedicados a trabajar lo menos posible. Pero también se puede pensar en la entrega de trabajos finales, la tranquilidad para presentar los exámenes, tener que estudiar, deseos de aprender, las clases y por supuesto los profesores, de los cuales algunos no llegan a clases, no saben enseñar, no motivan para aprender, otros son "difíciles" pero al final se aprende... ¿Se reconoce en alguna de estas afirmaciones? En la educación superior, al igual que desde el preescolar, hemos tenido contacto con la calificación, aquello que nos asignan o asignamos para decir que se ha aprendido algo nuevo. Pero alguna vez se ha preguntado: ¿Qué hay detrás de ella, razón porla cual corremos todo el tiempo? (sea para obtenerla o para entregarla a tiempo) ¿Con qué otros aspectos se encuentra actualmente relacionada?
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