Este trabajo revela que la ronda de negociaciones multilaterales impulsada por los países centrales desde 2001 en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Ronda de Doha, tiene motivaciones y consecuencias económicas y políticas. Al igualar las reglas del juego entre países desiguales, especialmente en busca de la liberalización internacional del comercio y de las inversiones, el resultado de la resolución de las negociaciones llevaría a una disminución de los instrumentos políticos disponibles de los gobiernos y conservaría la especialización productiva de América del Sur en la división internacional del trabajo, como periferia exportadora de commodities, de bajo valor agregado e intensidad tecnológica, que generan menores remuneraciones. Así, influenciaría las posibilidades de la integración sudamericana. En el campo político, los países centrales (sus Estados fuertes) disfrutarían de ventajas de poder político y militar, lo que influiría en la distribución debeneficios entre y dentro de los Estados y en las posibilidades de desarrollo de los países periféricos.