La salud de adolescentes y jóvenes en México ha sido poco atendida como servicio institucional, no se cuenta con infraestructura, un programa formal dentro de las políticas públicas fue diseñado hasta 1993. Así lo muestra el texto en una revisión hecha a las revistas más antiguas y actuales que escriben sobre salud; a través de un análisis filosófico y epistemólogico muestra los conceptos de salud, de joven y de vida bajo los cuales se les ha encasillado como sujetos que transcurren una etapa de riesgo e inmadurez sin ser niños pero tampoco adultos. El libro parte del análisis historiográfico que muestra cuatro modelos de salud que han dado cuenta de la atención e investigación de sus enfermedades: higiénico, médico-legal, intervención-rehabilitación y psiquiátrico-salud mental, todos ellos tienen como origen el modelo médico biologicista, científico, que visualiza al individuo fragmentado y solo atiende el síntoma. También incluye la fundamentación para un programa de salud que contempla al joven como un ser integral que puede construir procesos de vida saludables y prevenir el abandono y deterioro corporal a partir de recuperar al cuerpo como centro de la vida.