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Todos sabemos que la Santa Madre, la Virgen Mar

Produktbeschreibung
Todos sabemos que la Santa Madre, la Virgen Mar
Autorenporträt
La autora ha estudiado religión y teología durante toda su vida, ha sido miembro del "Opus Dei" (obra fundada por el Padre de Balaguer en España), y ha estudiado teología en la Universidad Católica Argentina y en el "Opus Dei" durante mas de 6 años. Tuvo la gracia de conocer a Lucía Dos Santos (aparición de la Virgen de Fátima) cuando ella viajó a Buenos Aires, Argentina para dar testimonio de lo que había visto. Desde entonces cuando tenía aproximadamente 12 años de edad, se mostró extremadamente interesada en las apariciones de la Santa Madre. Cuando apareció la Santa Madre de San Nicolás de los Arroyos, Maria Lamarca-Gustafson fue a verla cuando aun estaba en el campito. Le rogó por algo que era prácticamente imposible. No obstante, cinco meses después su gracia fue concedida. Maria Lamarca-Gustafson también fue testigo de dos milagros de la Virgen. Uno de ellos ocurrió cuando compró dos imágenes de yeso de la Virgen de Medalla Milagrosa, una para ella y una para su madre. En cuanto puso la estatua sobre un escritorio, comenzó a sentir un intenso perfume a rosas (las rosas rojas son las preferidas de la virgen.) Pensando que estaba alucinando, le preguntó a su hijo de 7 años quien respondió "Mamá, ¿por qué has rociado a la Virgen con perfume a rosas? Sin saber cómo proceder, llamó a sus vecinas y ante el inminente milagro todas se arrodillaron ante la imagen. Cuando Maria Lamarca-Gustafson tuvo que irse a rezar el Rosario en su grupo de oración, podía aun sentir la fragancia de las rosas desde el pasillo del apartamento. Siguió concurriendo a los grupos para rezar el Rosario hasta que un día su líder espiritual le dijo: "Conozco a alguien a quien la Virgencita usa para dar mensajes. Yo no le digo esto a cualquiera, ¿te gustaría hacer una cita con ella? Marie se sintió más que halagada y dos meses después fue a ver a esta señora para saber que es lo que la Virgen quería decirle. Era una señora sencilla, Marie se quedó callada y de repente la señora comenzó a cambiar la voz, era una voz celestial y le dijo a Marie que sería recompensada por todo lo que había sufrido. En ese momento Maria Lamarca-Gustafson no tenía idea de lo que le estaba diciendo, lo supo años después. Y si, la recompensó de gran manera aunque ella tiene una cruz en sus espaldas con la cual convive.