La cárcel es una institución altamente cuestionada ya que ha demostrado no poder cumplir con su objetivo de resocialización y en la mayoría de los casos es un mal en sí mismo.El espacio que ocupan las mujeres que delinquen es prácticamente incierto para la sociedad, lo cual las coloca en un estado de invisibilidad.Detrás de los muros, existen mujeres que aman, tienen deseos, ilusiones y también sufren, sufren mucho.Las relaciones sexuales constituyen una vía de escape para todas las personas, sea cual fuere su género. La separación de sexos provoca que se realicen prácticas que, hasta el momento, no fueron tenidas en cuenta, por lo cual, la homosexualidad pierde su estigma dentro de la cárcel.Los casos de homosexualidad, sin ser una alteración de la sexualidad, sí se deben considerar una alteración de la pulsión sexual en su manifestación en el contexto penitenciario, porque no es una opción sexual elegida libremente, sino impuesta por la realidad de la vida del recluso. Por tanto, más que homosexualidad se trataría de ¿sexualidad alternativä, y no tiene por qué consolidarse más tarde en la situación de libertad en la mayoría de las presas.