La sustracción interparental de menores, es un fenómeno en aumento, aunque no es nuevo, un hecho que genera un severo sufrimiento psicológico. Su tratamiento jurídico es una desgraciada partida de ajedrez, en la que muchas acciones legales tanto desde el punto de vista civil, como penal, como administrativo y desde la dimensión de la protección jurisdiccional de los derechos fundamentales, han de ser combinados y moverse de manera adecuada hacia el inicial objetivo de la restitución del menor al lugar de su última residencia habitual, contra el tiempo, y en última instancia la recuperación de la relación con los hijos violentamente alejados. El autor ha querido recoger, en este trabajo, años de abogado en la materia desde una perspectiva, no académica sino del ejercicio profesional y de la propia experiencia personal, a partir de una creación de filosofía del Derecho que ha denominado "EL DERECHO DEL LIMITE", según el cual las crisis familiares han de ser resueltas preferentemente desde la autonomía de la voluntad con una disminución del intervencionismo estatal en la defensa del interés del menor, y a partir de la idea de la "civilización" versus "penalización".