La cuestión del sentido de la vida no se planteaba para el hombre tradicional como para nosotros hoy. Una mirada a la modernidad nos permite ver y comprender que los filósofos de la época devolvieron la descripción del sentido de la vida a la esfera privada, es decir, a la libre elección de cada persona. Hicieron creer al hombre que podía realizarse por sí solo y que para ello no necesitaba la ayuda de ninguna entidad ajena a la humanidad, ya fuera concebida como un ser trascendente, una divinidad o un Dios revelado. Como resultado, la persona humana se levanta contra lo Sagrado (Dios), promoviendo su autonomía. Ahora bien, la imagen de Dios se había mantenido más o menos estable durante mucho tiempo, hasta que en la época moderna se desarrolló este doble movimiento de protesta contra Dios y la religión, la secularización y el ateísmo. Dos movimientos cercanos y, sin embargo, distintos: el primero consistió, para el hombre, en tomar conciencia de su autonomía con respecto a Dios y a la Religión, que es por excelencia el dominio de las verdades dogmáticas. La segunda, impugnarlas pura y simplemente.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.
Hinweis: Dieser Artikel kann nur an eine deutsche Lieferadresse ausgeliefert werden.