Desde la filosofía práctica de Kant, es viable dar posibles respuestas/soluciones al problema de la corrupción humana que se expresa de forma múltiple. En este sentido, se centra en dos hipótesis. La primera (en el mundo inteligible, la razón determina la voluntad libre y, a su vez, el libre arbitrio; según ello, la ética del deber es la forma de legislación de la acción libre, ejecutable en el mundo sensible; dicha legislación es asumible por la voluntad bajo la ley moral, con el fin de restringir los actos inmorales y encaminar hacia el progreso moral de la humanidad) se demuestra con la relación de los siguientes conceptos: "razón voluntad acciones", "voluntad conciencia moral libre arbitrio" y "deber virtud fin"; la segunda (la doctrina ética kantiana permite comprender los problemas de corrupción y su posible superación mediante el ejercicio de los deberes de virtud, deberes jurídicos y el juicio jurídico-moral, mucho más si se forja la formación del carácter inteligible y el carácter empírico del ser humano) se sostiene como probable, dependiendo de la puesta en práctica de la ética del deber en la realidad social actual.