Es necesario que quede claro que todos los personajes que se encargan de formar para el futuro tomen consciencia de la importancia que tienen los jóvenes para la sociedad. Es necesario abrir los ojos y tratar a nuestros estudiantes como seres pensantes que son y no como integrantes sin raciocinio ni opinión en casa, se tiene que aceptar que hay que escuchar a los jóvenes dentro del hogar, en la escuela y las calles para poder ayudarlos a construir su futuro. En las manos del Estado, de los maestros y principalmente de la familia está el futuro real de quienes más adelante tendrán la difícil tarea de formar a otros y dirigir el país.