La práctica psicopedagógica abarca un gran abanico de posibilidades que pocas veces se conocen. Limitándola, la mayoría de ocasiones, a la atención de niños y adolescentes en el ámbito escolar. Dicha, se extiende tanto en el ámbito público como en el privado, mediante actividades de atención y prevención con una metodología de trabajo grupal e individual, abastando una población que va des del nacimiento hasta los adultos mayores. En el campo de desarrollo laboral, puede ser tanto en salud como en educación y otras instituciones: como cárceles y personas privadas de libertad. Uno de los problemas observados es que en el proceso de internamiento en el centro penitenciario hay que ir trabajando las competencias socioemocionales con un doble objetivo: potenciar aquellas estrategias personales y mejorar las competencias para la reinserción sociolaboral. La persona privada de libertad lleva a cabo un proceso de institucionalización, independientemente de la situación jurídica que tenga, afectando directamente a sus áreas de desarrollo de competencia social e incidiendo, directamente, a su proceso de reinserción. Esto implica alta posibilidad de reincidencia delictiva.