Las enfermedades no transmisibles constituyen actualmente más del 60% de la carga de mortalidad, morbilidad y discapacidades en todo el mundo. Esto, aunado al aumento sostenido de sus factores de riesgo y su terrible impacto hace que se esté convirtiendo en tema de interés colectivo a escala global. Los lugares y las condiciones de trabajo han cambiado considerablemente en las últimas décadas, no solamente con las nuevas tecnologías, sino también con el incremento de modalidades diferentes. Estos cambios, además de otros que se están viviendo con la globalización, contribuyen a la creación de ambientes laborales muy complejos, los cuales tienen múltiples efectos sobre la salud de las personas, suscitando profundas transformaciones en nuestros modos de vida y nuestras maneras de entender las relaciones y el mundo que nos rodea. La otrora diferenciación trabajo-vida privada debe repensarse en función de este conjunto de redes biopolíticas y biotecnológicas. En este escenario, vale la pena revisar los modelos teóricos que se están usando, y asimismo evaluar sus resultados. Todo esto nos señala el reto de pensar la psicologia social de la salud manera diferente y transdisciplinaria.