El presente libro intenta responder a la pregunta: ¿qué función tienen las fiestas religiosas y patronales en la sociedad, ahora y a lo largo de la Historia? Pertenecen a lo que se denomina la religiosidad popular, son utilitaristas, porque se utilizaban como solución a las calamidades naturales y sanitarias, y son principalmente un símbolo de identidad local o regional. Pero, además, han tenido siempre una función social, que se podría resumir en el mantenimiento del orden social establecido mediante la identificación de parte de la población con la aristocracia dominante. El paralelismo entre Dios, la Virgen y los Santos con los reyes, los señores feudales y los miembros de la nobleza en general favorecía que las mismas actitudes de obediencia y sumisión que el pueblo tenía hacia los personajes religiosos las tuviera también hacia los personajes de la sociedad feudal, la nobleza, el clero y la posterior monarquía absoluta. Las fiestas religiosas eran, entonces, la manifestacióncultural más idónea para propiciar que el pueblo llano adoptaran estas actitudes hacia unos e, indirectamente, también hacia los otros.