Las relaciones entre Canadá y Cuba se han identificado por un intercambio próspero y positivo para sus respectivos pueblos y países a lo largo de los años, el respeto a las diferencias en los sistemas políticos, económico, sociales y las relaciones entre los gobiernos propician la estabilidad. La política canadiense hacia Cuba se favorece con el incremento del flujo turístico, el intercambio creciente entre los pueblos; la percepción canadiense sobre Cuba, resultando que desde 1998 Canadá sea el líder emisor de turistas al país. En el Libro se valora el comportamiento del turismo canadiense, su crecimiento de 1994 hasta 2015 y su decrecimiento desde 2016, hasta julio de 2018, en contraste con el crecimiento de otros mercados emisores y del turismo canadiense hacia México y República Dominicana. Se analizan los probables motivos de esta tendencia. Se formulan elementos que contribuyen a trazar estrategias para que el sistema turístico cubano pueda conservar su dinámica al crecimiento. Se enfatiza que no se han agotado las fuentes para su incremento, la urgencia de continuar estimulando este mercado histórico y que Cuba tiene potencialidades para se recuperación.