En esta era global, toda organización ha de estar orientada al servicio, independientemente de su tamaño, sector o actividad. Ello significa estar sustentada en un enfoque filosófico, vale decir, unos principios sólidos que orientan al ser y hacer de la organización, y así, se convierten en especialistas en el propio giro de la empresa y en la capacidad de servir cada vez mejor a los clientes. Para llevar adelante este reto es preciso contar con líderes de servicio en el nivel intermedio. Se ha estudiado bastante el rol de la alta dirección en la conducción de las organizaciones, ahora se necesita analizar a profundidad el rol crucial que tienen los mandos intermedios. Son estos mandos quienes desempeñan un papel decisivo en la aplicación de los enfoques de satisfacción y lealtad de clientes y empleados. El trabajo que estos mandos realizan es fundamental para la marcha de la organización.