El evangelista quiere transmitirnos el verdadero mensaje de Jesús: su intención no es realizar una acción dramática de chamán sino liberarnos, hacernos recuperar nuestra dignidad de seres pensantes, nuestras facultades.Frente al bien del hombre todo pasa a un segundo plano: el sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado.Lo que comenzó como algo positivo para el ser humano se había convertido, con el tiempo, en una forma de esclavitud. Esta no era la voluntad de Dios, esta no era la palabra de Dios, y Jesús usa el método más eficaz para comunicárnoslo: ¡la transgresión!