La descarga eléctrica puede ser una lesión grave, destructiva e incapacitante, que provoque extensos daños en la piel y los tejidos blandos, así como, con poca frecuencia, pero sin que pase desapercibida, diversas lesiones osteoarticulares, como fracturas de huesos largos, fracturas de columna, luxaciones articulares, quemaduras muy profundas, osteonecrosis y osificación heterotópica de tejidos blandos. Por lo tanto, todos los profesionales implicados en el tratamiento de los pacientes electrocutados deben estar informados y tener en cuenta la posibilidad de lesiones esqueléticas: cirujano plástico, cirujano general, cirujano ortopédico, médico de urgencias y médico general. Las fracturas y luxaciones suelen producirse tras un traumatismo relacionado con lesiones eléctricas, y en raras ocasiones pueden ser causadas por contracciones musculares tetánicas violentas, como consecuencia del paso de la corriente eléctrica. Todos los pacientes electrocutados que presenten síntomas y signos sugestivos como dolor, hinchazón, sensibilidad ósea y deterioro funcional deben ser examinados cuidadosa y detalladamente, tanto clínicamente como mediante estudios de imagen. El reconocimiento precoz, la confirmación mediante estudios de imagen y el tratamiento ortopédico rápido garantizan un resultado favorable y eliminan las posibles complicaciones perjudiciales.
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