Al igual que todos los pueblos de la Antigüedad, los griegos y los romanos explicaban los orígenes del mundo y del hombre a través de los mitos y leyendas. Sin embargo, la mitología de ningún otro pueblo ha dejado un rastro tan marcado en la cultura universal como la griega, a lo mejor, porque los dioses griegos, a pesar de ser inmortales y poseer una fuerza e inteligencia superiores a la de cualquier hombre, sabían amar, odiar, sufrir y soñar al igual que los seres humanos mientras los héroes mortales podían actuar como auténticos dioses e incluso superarlos en su valor y su nobleza espiritual.