El presente trabajo es un análisis de los aspectos antropológicos del liberalismo económico, y su relación con el personalismo. La realidad de hoy demuestra que la hegemonía del capitalismo en la economía occidental sigue sin resolver las graves situaciones de pobreza que aquejan al miles de personas, y que el ideal de paz duradera está lejos de lograrse. Son desafíos actuales para economistas, sociólogos, políticos y todos aquellos empeñados aportar al Bien Común. La economía de mercado promueve la satisfacción de todas las necesidades materiales de quienes participan. Entonces ¿qué le falta a este sistema económico para alcanzar su objetivo? La economía busca resolver tres problemas económicos fundamentales: qué se va a producir, cómo se utilizarán los recursos y para quién se producirá. La distribución de la renta y el consumo entre los individuos son parte de los objetivos. En este contexto se puede analizar si el liberalismo económico busca resolver las necesidades del consumidor, o su impronta de productividad y beneficios no ha dejado de lado lo central, que es la persona. Se trata de dar una respuesta a este interrogante, y sugerir posibles líneas de acción futuras.