La concepción clásica de la racionalidad es aquella que sostiene que hay una única vía para ser racionales a saber, la aceptación de ciertas reglas metodológicas que nos ofrezcan resultados necesarios y universales. Esta posición adoptó y desarrolló un método de justificación basado en el modelo algorítmico ofrecido por la lógica y la matemática elaborando a su vez, un modelo normativo que en principio, comparte el desiderátum de que los resultados de un proceso de evaluación sean también de un carácter necesario y universal en el sentido preciso de que todos aquellos individuos que apliquen las reglas tendrán que llegar de manera necesaria a las mismas conclusiones.