La capacidad que representa el lenguaje se concreta mediante el uso funcional del idioma, que a su vez puede actuar como posibilidad u obstáculo en el proceso de comunicación entre los seres humanos de diferentes lugares del planeta; debido a que vivir en países extranjeros, conocer nuevas culturas y poder acceder a ofertas laborales en el exterior, son logros que resultan ser muy atractivos para cualquier ser humano en tanto que se adquieren nuevas experiencias y se amplían los horizontes personales. Por otra parte, el actual proceso de globalización exige interacciones de tipo político, social y económico a nivel mundial, lo que ha desencadenado de manera ascendente una demanda de ciudadanos conocedores de varios idiomas que puedan establecer y facilitar conexiones entre países a nivel mundial. Hoy en día ya no se piensa en el aprendizaje de una segunda lengua, sino en individuos que dominen varios idiomas y puedan responder a la demanda de interacción entre culturas de diferentes idiomas.