Al tratar de comprender a dónde nos lleva una mayor comprensión e interpretación del mundo, buscamos comprender el vínculo que une a la multiplicidad de razones individuales consigo mismas, unas con otras y con la Razón Universal o Logos cuyos conceptos son de difícil aproximación. La hermenéutica de Heidegger y Gadamer nos dan pauta en esta tarea, cargando así al Logos de sentido en la comprensión e interpretación. Posteriormente nos acercamos a la lingüisticidad, el lenguaje y ludus para llegar con el Círculo Éranos a la hermenéutica simbólica, comprendemos así que en cada interacción en nuestra subjetividad con el mundo simbolizamos. El Logos, ahora también como logos simbólico, cargado de sentido nos lleva a comprender la importancia de lo religioso, lo divino, lo mítico y lo erótico; manifestados en los mitos que nos llevan a un proceso de individuación donde aprendemos a vivir en armonía con lo que nos sucede, con lo cíclico y lo ascensional. El equilibrio de dicho proceso se alcanza mediante la reconciliación de la razón y la emoción, el logos y el mito, interior y exterior, luz y sombra; con el fin de lograr el conocimiento de sí mismo, para amarse y así amar a otros.