El suministro y abasto de alimentos y productos de primera necesidad, en Jerez de los Caballeros durante el siglo XIX, fue una de las principales preocupaciones y fuente de problemas para las diferentes Corporaciones de la ciudad. Las crisis de subsistencias, las guerras, las epidemias o las inclemencias climatológicas, provocaban la carencia de artículos tan fundamentales entonces como el pan o la sal. Asimismo, los impuestos gravados sobre los productos estancados, y el afán recaudador de la Corona, contribuían a ahogar más aún a una población al borde de la indigencia. La ausencia casi total de medidas higiénicas, y el profundo desconocimiento sobre temas médicos, contribuía a la transmisión de ciertas enfermedades infectocongiosas a través de los alimentos y de los animales.