No siempre los caminos de los hijos son los caminos de los padres, no siempre llevan al mismo lugar, a pesar que estuvieron en el mismo lugar; sin embargo, mientras la vida acontece, siempre hay tiempo para descansar. Los proyectos colaborativos tuvieron un solo espíritu desde el principio, apoyar al crecimiento de las personas y cuando vemos que es la familia quien necesita de un empuje mayúsculo, por las circunstancias vividas, entonces es cuando se hace justo, hacer las cosas bien.