Mientras los conflictos armados siguen creciendo en todo el mundo, los niños son los más afectados. No hay nada más depravado en la guerra que la implicación de los niños en algo que no entienden, que no eligen y que no tienen los medios, prácticos o mentales, para afrontar. El desplazamiento, la pérdida de su infancia, la tortura y la violencia en la que se ven envueltos son potencialmente perjudiciales para su salud mental, comprometiendo su futuro. Los niños afectados por la guerra sufren muy a menudo problemas psicológicos, como depresión, TEPT, problemas a largo plazo relacionados con el afrontamiento de las futuras situaciones de estrés, como la ira y la agresividad. Lamentablemente, sólo se han realizado unos pocos estudios sobre este tema. En este documento se sugieren algunos enfoques, pero debería realizarse una investigación más exhaustiva. También se hace una breve referencia a los niños soldados, ya que se trata de un enorme problema que surge en el mundo en desarrollo y que pone en peligro a una gran población de niños. Otro problema que ha llamado la atención es el de los problemas mentales y psicológicos a los que se enfrentan muchos niños de zonas de guerra debido a la masacre de sus familiares en el este del Congo, RDC.
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